Cuando enfrentas la difícil decisión de cerrar tu negocio

difícil decisión de cerrar tu negocio

Recientemente tuve el honor de dictar un webinar para una universidad local acá en la República Dominicana. Al final, hubo como de costumbre una sección de preguntas y una de las preguntas que me hicieron me inspiró a profundizar en el tema que les comparto hoy.En ese momento, me preguntaron “¿Qué tiempo darías a una idea de negocio antes de desecharla por completo?”. Y esta pregunta conduce a una de las realidades de los emprendedores sobre la que hay usualmente menos entusiasmo y placer hablar: el momento en que, lamentablemente, nos toca a veces tomar la difícil decisión de cerrar un negocio y reconocer que la idea que tuvimos inicialmente no está ya logrando sus objetivos.


“Los momentos finales de una experiencia determinan el recuerdo que conservaremos de la misma”

Daniel Kahleman


Aceptar que tienes un problema

La vida cambia, los mercados cambian, y el cierre de ciclos, a todo nivel, es una realidad con la que nos debemos enfrentar no una, sino muchas veces en la vida. Terminamos relaciones, dejamos trabajos, nos mudamos de lugares en los que hemos vivido por años, finalizamos procesos, despedimos a seres queridos de este plano terrenal y a veces también nos toca terminar una idea de negocio que iniciamos con mucho entusiasmo y cariño, con altas expectativas y esperanzas.

Iniciar un negocio viene acompañado de emociones positivas de entusiasmo, esperanza, ilusión, y generalmente está cargado de energías positivas. Aunque a veces también viene acompañado de cierto temor e inseguridades, en general las emociones que rodean este evento son positivas y generan satisfacción.

Terminar un negocio, por el contrario, tiende a generar emociones negativas. Hay sentimiento de frustración, porque sentimos que no fuimos capaces de lograr la meta planteada, hay tristeza por las pérdidas, económicas y emocionales, y nuevamente hay temor e inseguridad por lo que viene a continuación.

Es necesario, entonces, como en cualquier relación y proceso que pasamos a lo largo de nuestra vida, saber identificar a tiempo cuándo es el momento de cerrar y hacerlo de una manera saludable y adecuada, que nos asegure las mejores condiciones para todos los involucrados.

Lamentablemente no hay una repuesta única a la pregunta que me hicieron en ese momento. No existe una cantidad de tiempo fijo que sea una referencia. No puedo decirte, “aguanta un año y luego decide”, o “espera dos años” o, “si a los 6 meses no funciona, cierra”. Esto, porque cada negocio es individual y particular.

Sin embargo, si existen algunos indicadores de que la terminación es inminente y nos permiten darnos cuenta de que algo no está funcionando bien y, tal vez, lo mejor es cerrar.

Identificar los indicadores de que el negocio debe cerrar

La buena noticia es que, como todo en la vida, si lo hacemos de forma planificada, con previsión y planificación, podemos convertir el cierre de un proyecto en oportunidades para iniciar nuevos procesos. Por eso seleccioné la frase de Daniel Kahleman con que inicio este artículo. Si debemos tomar esta difícil decisión, hagamos de los momentos finales de nuestro emprendimiento una experiencia positiva, de aprendizaje y oportunidades, más que de frustración y freno.

Los diversos indicadores que he ido analizando a partir de las lecturas de expertos que he encontrado, atienden cuatro áreas diferentes:

  1. Económicos
  2. Del mercado
  3. Personales
  4. De la cultura corporativa

Vamos a conversar sobre estos diversos elementos y tenlos presentes, porque la identificación temprana de algunos de ellos puede evitarte procesos largos, costosos y dolorosos.

Indicadores económicos

Los indicadores económicos son posiblemente los más determinantes, sobre todo porque no importa si otros indicadores no han aparecido, una vez los recursos se agotan no tenemos forma de continuar adelante. Cada negocio es particular a este respecto y la pregunta clave es: ¿Cuánto puedes sacrificar económicamente y financiar sin obtener beneficios, antes de tomar la decisión de cerrar?

Los indicadores económicos son bastante claros y hablan por si mismos, se refieren a la limitación de recursos económicos y se manifiestan en uno, o varios de los siguientes elementos:

  • Tus números reportan pérdidas, no circunstanciales, sino continuas o sostenidas a lo largo del tiempo.
  • Tienes constantes problemas de flujo de caja.
  • Tus ventas tienen tendencia decreciente.
  • Tus clientes se van.
  • Requieres constante uso de fuentes externas de financiamiento.

Indicadores del mercado

Algunas veces, el mercado te dice que el sector de negocio en que estás está cambiando, decreciendo o desapareciendo, y tal vez es un indicador de que no solo a ti, sino tal vez a tu competencia y a todo el sector, les está yendo mal. Tal vez tu producto o servicio ya no es relevante, o han aparecido sustitutos, o han surgido alternativas diferentes del mismo producto o servicio que satisfacen la necesidad del cliente en condiciones que le favorecen más.

Es importante que identifiques estos indicadores tempranamente. Mientras antes te percates de que hay cambios ocurriendo en el mercado, mayores oportunidad tendrás de convertir una inminente necesidad de cierre en una oportunidad de cambio, adelantándote a la competencia. Algunos indicadores claros de mercado que te ponen sobre alerta son:

  • Baja general de la demanda.
  • Aparición de nuevos productos y servicios que atienden la misma necesidad que tu negocio.
  • Procesos de decisión de compra muy largos que indican que el consumidor está pensando su compra más de lo esperado.
  • Cambios o contracciones de suplidores.

Indicadores personales

Muchas veces, antes de que tus números se muestren en rojo o que el mercado cambie, sencillamente notas un cambio en la intensidad y entusiasmo con la que enfrentas el día a día de tu emprendimiento. Esa motivación inicial va desapareciendo y tal vez ya no te sientes tan identificado con los objetivos, misión y visión de tu emprendimiento.

Tal vez, estás cansado y tu mente y cuerpo piden un refrescamiento de los horizontes y las expectativas.

Si no tienes pasión por tu negocio, y el fuego se ha terminado, no es buena idea continuar con tu emprendimiento, ya que las decisiones que tomes no serán las más acertadas.

Cuando estos indicadores personales surgen, si los identificas a tiempo, también es factible que puedas convertir la necesidad inminente de cierre en otras oportunidades. Tal vez puedes reinventar tu negocio y alinear tus objetivos y visión con el momento individual de intereses que estás viviendo. Si esto no es posible, tal vez puedes buscar oportunidades de vender tu negocio a alguien que si comparta la visión original, o puedes considerar transferir la batuta a nuevas generaciones. Y por supuesto, siempre está la opción de cerrar y concentrar tus energías y recursos en un nuevo emprendimiento que esté más acorde con tu momento.

Algunos indicadores personales que pueden señalarte la necesidad de cerrar tu emprendimiento son:

  • Falta de entusiasmo
  • Cansancio constante
  • Problemas de salud
  • Ya no hay alineación con objetivos
  • La misión ya no tiene significado para ti

Indicadores de cultura corporativa

Finalmente, aunque a nivel personal no hayas percibido aún alguno de estos indicadores, es posible que tus colaboradores comiencen a percibir un declive en el emprendimiento y se manifiesten algunos indicadores tales como:

  • Desmotivación del personal
  • Fuga de talentos (tus mejores colaboradores comienzan a irse)

Si estos indicadores comienzan a aparecer, puede ser otro indicio de que tu negocio está iniciando un proceso hacia el posible cierre,

Si este es el caso y lo visualizas a tiempo, tal vez puedas intentar conversaciones abiertas con tus colaboradores más cercanos. Trata de entender la situación y, si es posible, corregir o redireccionar las estrategias para evitar el cierre. Si esto no es posible, al menos puedes proceder de forma más planificada y menos dolorosa con el proceso de terminación.

Consideraciones que debes tomar en cuenta al decidir cerrar tu negocio

En cualquiera de los casos, cuando comienzas a observar algunos de estos indicadores, es momento de reflexionar acerca del estado de tu negocio. Debes considerar hacerte peguntas como:

¿Hay todavía un mercado?

¿Todavía me interesa seguir en ese mercado?

¿La empresa tiene algún rumbo posible?

¿Hay posibilidades de implementar correcciones importantes que salven el emprendimiento?

Una vez ponderes las respuestas a estos elementos, te moverás entre tres posibles decisiones:

  1. Redireccionar la empresa
  2. Transferir la empresa a nuevas generaciones, vía venta u otra alternativa
  3. Cerrar definitivamente el negocio

Si llegas a la difícil decisión en la cual el escenario mejor para todos es cerrar tu negocio, es posible que te enfrentes a una revolución interna de tus emociones. Es en ese momento, más importante que nunca, que trates de ser objetivo, realista y positivo, tratando siempre de buscar la oportunidad.

Aún en estas circunstancias debes decidir desde la oportunidad y no desde el miedo. Puedes acceder un artículo sobre esto en este enlace: Tomando decisiones y abriendo puertas desde la oportunidad y no desde el miedo.

Recuerda, mientras más claro, organizado y transparente sea el proceso de cierre, te será más fácil superar el momento y mirar hacia las nuevas oportunidades antes que hacia el fracaso del pasado.

¿Cómo implementar el cierre de tu empresa?

Si ya tomaste la difícil decisión de cerrar tu negocio, prepara una estrategia de cierre (Exit strategy) en la que definas cómo y cuándo vas a proceder. El objetivo principal debe siempre ser minimizar el costo, tanto económico, como emocional y de imagen, tanto de tu empresa como de ti como profesional, frente a tus colaboradores, clientes y proveedores.

Establece una clara comunicación con clientes y empleados, en la que todos estén claros sobre el proceso y cómo va afectarlos.

Asegúrate de cancelar todos tus compromisos económicos, tanto deudas con proveedores, con empleados y deudas oficiales como temas impositivos.

Asegúrate de dejar satisfechos a todos los clientes, sin entregas pendientes. Lo que no puedas alcanzar a cumplir debes rembolsarlo.

Procede con la parte legal, con una disolución formal de la empresa, de acuerdo a las leyes específicas del país donde estés incorporado o registrado. Y con la cancelación formal de todas las licencias y contratos que tengas en curso.

Siempre es necesario retirarte por la puerta grande, dejando tu nombre y el de tu emprendimiento limpio y asociado a un proceso transparente.

Una vez finalices con este proceso, pasa la página y comienza un capítulo nuevo. Buscando frases para iniciar este artículo me crucé con una frase de un autor anónimo que resume esto y dice:

«No puedes comenzar el siguiente capítulo si sigues leyendo el anterior».

Anónimo

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Referencias

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