Beneficios e inconvenientes de emprender con socios:

Emprender con socios

Cuando decidimos emprender es usual plantearse la pregunta ¿Debo emprender sólo o debo emprender con socios? Algunas veces, la sociedad resulta natural, si, por ejemplo el origen del emprendimiento no es individual, sino que dos o más personas han participado en su visualización. Pero muchas veces, aún cuando la idea y la visión es de un solo individuo, surge la inquietud por buscar socios antes de lanzarse al agua.


“Reunirse es un comienzo, permanecer juntos es un avance, trabajar juntos es un éxito”

Henry Ford

Si prefieres, puedes escuchar el audio completo del artículo en el siguiente enlace:


El miedo, mal consejero para la búsqueda de socios

Ya hemos comentado en otras oportunidades que el hecho de iniciar un emprendimiento, aunque es excitante y genera mucho entusiasmo, viene también acompañado de muchas emociones de temor y ansiedad, fundamentalmente generados por la falta de certeza acerca de los resultados a obtener.

Muchas veces, la búsqueda de un socio para el emprendimiento es una respuesta a este miedo. Miedo al fracaso. O, al menos, miedo a caminar sólo y a fracasar sólo.

Esta, siendo una motivación sumamente frecuente para buscar sociedades, es una motivación absolutamente equivocada y con muchas probabilidades de fracaso.

Tener un socio o pensar en tener uno no es malo per se. Al contrario, en muchas oportunidades puede ser sumamente beneficioso. Pero, cuando es motivado por las razones adecuadas y es manejado objetivamente.

El miedo es un terrible consejero para los negocios y en especial para la búsqueda de socios. Nunca te asocies por miedo a fracasar solo.

Cuando el dinero no alcanza

En otras oportunidades, buscamos socios porque no contamos con los fondos necesarios para emprender. En estos casos, buscamos socios que estén dispuestos a apoyar financieramente nuestro proyecto.

Esto a veces es una mala idea también, cuando se trata de buscar socios que trabajen con nosotros en el día a día. El dinero es otra motivación equivocada para buscar socios, también llamada a aumentar las probabilidades de que la sociedad no funcione.

Por supuesto, si no cuentas con los fondos, necesitas buscarlos para poder emprender. Pero, antes de buscar un socio de trabajo solamente porque puede aportar el capital, considera otras fuentes de financiamiento como préstamos o asegúrate de establecer una relación de socio capitalista y no un socio trabajador.

No quiero decir con esto que es malo contar con un socio que aporte fondos. Sin embargo, evalúa siempre si el motivo económico es la “única” razón para tener un socio de trabajo que participe en el día a día de tus decisiones. Si es así, posiblemente no lo necesitas y deberías resolver el problema financiero de otra manera.

La búsqueda de un socio trabajador para tu negocio debe estar motivada por la conveniencia para el emprendimiento y no por la conveniencia para la seguridad emocional o económica de los socios.

La búsqueda de un socio trabajador debe estar motivada por la conveniencia para el emprendimiento y no por la conveniencia para la seguridad emocional o económica de los socios. Share on X

Cuando los socios se complementan. Sinergias positivas.

La mejor razón para decidir contar con un socio para tu emprendimiento es el deseo de complementar tus carencias o debilidades. Cuando te hace falta alguna destreza o conocimiento, o cuando tu forma de ser es débil en algunos atributos que son requeridos para el éxito de tu negocio, una excelente solución es ponderar la posibilidad de asociarte con alguien. Sin embargo, debes asegurarte de que esa persona (o personas) que selecciones como socios, cuentan con fortalezas que contrarrestan tus debilidades (Y viceversa).

En mi negocio de Investigación de Mercados, fui socia de mi esposo por algo más de 25 años. Siempre he pensado que la principal razón de nuestro éxito con nuestra sociedad en esa empresa es el hecho de que contamos con fortalezas muy diferentes, pero igualmente indispensables para el éxito. Mi esposo es brillante para definir la visión e indicar la meta adecuada. Es proactivo, se anticipa a las tendencias del mercado, y fácilmente genera ideas acerca del rumbo que la empresa debe tomar para progresar. A mi esa parte se me hace más difícil. Sin embargo, yo soy excelente ejecutando. Una vez estamos de acuerdo acerca del norte, me es natural implementar un plan, montar a todo el equipo a bordo y ejecutar el plan para llevar a la empresa al puerto deseado.

Si los dos fuésemos fuertes en definir la visión, posiblemente hubiéramos tenido muchos choques, porque no siempre ambas visiones coincidirían. Por otra parte, si los dos fuésemos fuertes en planificar y ejecutar, posiblemente también hubiera sido difícil el acuerdo, ya que ambos hubiésemos tenido ideas específicas y diferentes acerca de la mejor forma de alcanzar los objetivos. Si entre los dos no hubiésemos contado con ambas destrezas, cada uno por su lado hubiera tenido mayor dificultad para conducir al negocio a un desarrollo exitoso, como lo logramos hacer al hacer sinergia entre nuestras fortalezas.

Similitudes necesarias

Independientemente de que el éxito de una sociedad se incremente cuando existen competencias, capacidades y conocimientos diferentes y complementarios, es indispensable que al mismo tiempo coincidan similitudes en otros elementos para que la sociedad tenga éxito.

Deben compartirse los valores fundamentales. Al hacer el Plan Esencial de Negocios, uno de los elementos que componen la primera pregunta básica, el “¿Por qué”? de tu emprendimiento, es la definición de los valores de la empresa. Estos valores deben ser compartidos por todos los socios, ya que definen el marco de referencia para todo el trabajo. Para la toma de decisiones, para el establecimiento de prioridades, para las normas de conducta. Para cualquier aspecto vinculado con la empresa. Si los valores fundamentales son diferentes, la sociedad no es posible.

Igualmente, debe haber coincidencia en relación con la visión que se tiene para el negocio a largo plazo. Por supuesto, es posible que surjan desacuerdos respecto a prioridades, planes específicos, pero la visión final, última, de la empresa, el norte, el puerto final hacia el que hay que dirigirla, debe ser totalmente compartido por todos los socios para que el emprendimiento tenga éxito.

Finalmente, aunque tal vez luzca menos importante, no debería menospreciarse la importancia de tener hábitos de trabajo compatibles. Fíjate que no digo “iguales”. Cada uno puede tener sus hábitos particulares. Pero deben ser compatibles y tolerables por todas las partes. De lo contrario, el día a día será una constante pelea y desavenencia.

La primera pregunta que debes hacerte ¿Realmente lo necesitas?

Por eso, cuando consideres la posibilidad de buscar un socio para tu emprendimiento, lo primero que debes preguntarte es si realmente lo necesitas. Si cada uno aporta valor al negocio y si aportan valores diferentes, fundamentales, necesarios y complementarios.

Cuando solamente necesitas un apoyo para no sentir miedo, no necesitas un socio, necesitas un mentor o consejero.

Si solamente necesitas dinero, no necesitas un socio, necesitas un banco o financiero o un socio capitalista, en lugar de un socio trabajador.

Sólo cuando necesitas alguien que, además de apoyo y dinero, complemente tus fortalezas y compense tus debilidades, posiblemente es buena idea buscar hacer sociedad.

Los beneficios de contar con un socio

El tener un socio puede traer muchos beneficios a tu emprendimiento. Los principales son los siguientes:

  1. Mayor espectro de habilidades, al contar con fortalezas complementarias.
  2. Gastos y riesgo económico compartido.
  3. Sinergia de fortalezas individuales.
  4. Incremento de sensación de seguridad y apoyo (y disminución de sensación de miedo y angustia).
  5. Amplitud de visión, ya que la complementariedad entre ambos conducirá a que uno alcance a ver las oportunidades y riesgos que el otro, por su formación o por su forma de ser, no alcanza a ver.

Los inconvenientes de trabajar con un socio

Al mismo tiempo, cuando el proceso de sociedad es mal manejado, cuando tienes el socio inadecuado, o cuando la razón para tener socio es equivocada, se pueden presentar problemas e inconvenientes, tales como:

  1. Lentitud en los procesos de toma de decisiones debido a la necesidad de consultar y discutir antes de decidir.
  2. Solapamiento de funciones, cuando no está claro el territorio de decisiones y de impacto de cada uno.
  3. Cargas no equitativas de trabajo o no acordes con las expectativas, cuando un socio percibe que trabaja más, se esfuerza más, o aporta más que otro.
  4. Problemas de comunicación, cuando no hay asertividad y los temas no se manejan con transparencia y honestidad.

Mantener la relación saludable implica un trabajo de comunicación

Como en cualquier relación, sea de amistad o en un matrimonio, la relación de negocios necesita desarrollarse en un entorno de comunicación clara, honesta y asertiva para que funcione (Puedes leer un artículo anterior sobre comunicación asertiva en el siguiente enlace: Comunicación asertiva para el éxito en los negocios).

Los valores fundamentales que deben prevalecer en dicha relación se definen como sigue:

  1. Honestidad en todos los planes, acciones y decisiones.
  2. Sinceridad y capacidad de comunicar los acuerdos y las desavenencias con apertura y tranquilidad.
  3. Rectitud en el comportamiento, para que los lineamientos legales y socialmente adecuados prevalezcan en todo esfuerzo.
  4. Colaboración, para que cada socio esté siempre en disposición de salir de su zona de confort y su lista de responsabilidades, para apoyar su contraparte cada vez que sea necesario, pensando en el negocio como un ente de interés mutuo.
  5. Respeto, para ser capaces de manejar desavenencias, aceptar la mayor experticia del otro cuando sea necesario, ceder, y confiar en que las decisiones que toma en su área de conocimiento son las adecuadas para el emprendimiento.

Algunas condiciones para que una relación de socios de negocio pueda funcionar

Si, una vez analizadas las razones, beneficios y desventajas, decides que en tu caso particular con tu emprendimiento es útil y enriquecedor para el negocio tener socios, asegúrate de cumplir con las siguientes condiciones, para aumentar las probabilidades de que sea una sociedad exitosa y duradera:

  1. Debe existir un acuerdo formal, legal, firmado, que establezca las condiciones de la sociedad. No importa si se trata de tu mejor amigo un familiar o alguien a quien acabas de conocer. Esta condición es necesaria para evitar confusiones en el futuro que devengan en peleas y rupturas desagradables. Nunca pases por alto la necesidad de formalizar en papel las condiciones de tu acuerdo con tus socios.
  2. El acuerdo formal debe prever las condiciones de salida para todos los socios. Desde el comienzo debe haber un acuerdo respecto a cómo cualquiera de los socios puede retirarse del negocio, qué le corresponde en ese caso, qué pertenece al negocio y a cada uno de los socios. Desde el día 1 todos deben saber cómo proceder si desean terminar la sociedad.
  3. Es necesario aclarar y determinar las funciones y responsabilidades de cada socio. Generalmente, siendo que poseen (idealmente) capacidades y destrezas diferentes, cada uno debe asumir posiblemente roles diferentes dentro de la empresa. Es importante que cada uno conozca su propio terreno y sus límites, para que no se solapen las responsabilidades ni queden áreas de responsabilidad indefinidas sin asumir.
  4. Una cosa es la sociedad y otra cosa es la dirección de la empresa. Debe estar claro quién es el líder (presidente, CEO, director, cualquiera sea la nomenclatura que prefieran) para que las operaciones fluyan y las decisiones puedan ser tomadas.

En resumen, entonces, para que una sociedad de negocios sea exitosa, todos los socios deben aportar valor, deben complementarse entre si y debe haber comunicación asertiva. Si estas condiciones no son posibles de ser cumplidas, es probablemente más sano para tu emprendimiento que te lances al ruedo de forma independiente.

Referencias:

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