El miedo a dañar nuestras relaciones personales a causa de nuestro emprendimiento

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Enfrentar conflictos con otras personas en general causa desagrado e incomodidad. Muchos de nosotros tratamos a toda costa de evitarlos, tratando de zafarnos de un trago amargo, un momento desagradable. Algunos podrían indicar que esto es saludable, ya que nos evita problemas. Sin embargo, cuando el miedo a los conflictos nos coloca en desventaja, impidiendo tomar decisiones adecuadas, que podrían beneficiarnos, con tal de no incomodar a otro, realmente enfrentamos un problema. El miedo a dañar nuestras relaciones a causa de decisiones relacionadas con nuestro emprendimiento es uno de los miedos que afecta a muchos emprendedores y es el tema que nos ocupa en el día de hoy.


“El miedo a los conflictos es casi siempre un signo de problemas”

Patrick Lencioni

Si prefieres, puedes escuchar el audio completo del artículo en el siguiente enlace:


En artículos anteriores hemos analizado diversos miedos que enfrenta el emprendedor. El miedo a dañar las relaciones es el tercero de los miedos que hemos descritos como miedo a que “ocurran” cosas a consecuencia de las acciones que tomamos. Es un miedo que nos paraliza y en consecuencia puede afectar negativamente nuestro negocio.

Cuando tenemos miedo al conflicto o a dañar nuestras relaciones, personales o de negocio, solemos callar y ceder antes que defender nuestras opiniones. Evitamos expresar ideas que pueden contrariar a otra persona. Evitamos imponer puntos de vista, aún cuando internamente estamos convencidos de que nuestra posición es correcta y podría beneficiar a nuestro negocio.

Como emprendedores, el miedo a dañar las relaciones se manifiesta como miedo a posible desagrado por parte de nuestros colaboradores, clientes y proveedores debido a la necesidad de delegar, negociar o exigir.

El conflicto se origina por una tensión

Los inconvenientes se inician cuando hay tensión entre lo que ambas partes desean. Entre lo que una parte solicita y la otra está dispuesta a dar. Lo que cada una de las partes consideran procedimientos adecuados. Los valores que se asume que deben prevalecer en las decisiones.

El llevar adelante un proyecto es posible que a veces nos impida estar de luna de miel con todos. A veces nos toca tomar decisiones que a otros no les gustan, nos toca delegar tareas y aceptar la curva de aprendizaje que eso implica, nos toca ser líderes y manejar personal, exigirles a proveedores, manejar problemas con los clientes. Un sinnúmero de situaciones en las que exponemos la armonía de nuestras relaciones personales y que, mal manejadas, pueden conducir a muchas rupturas.

Este miedo es particularmente relevante y se hace presente con mayor frecuencia, cuando en los emprendimientos tenemos socios y colaboradores que son familia o amigos cercanos. Cuando emprendemos con nuestra pareja, con nuestros padres, hermanos, hijos, con nuestros amigos cercanos, la relación de afecto que nos une a ellos puede prevalecer sobre la relación de negocio que el emprendimiento impone. Cuando las decisiones de negocio pueden afectar negativamente nuestra relación afectiva, se presenta tensión, la cual según hemos visto en otras oportunidades, genera miedo.

Buscarle el lado bueno al conflicto

Los conflictos per se no son negativos. Dependiendo de cómo los enfrentemos pueden ser incluso positivos y contribuir al progreso y crecimiento en una organización.

Las diferencias de opinión nos permiten contrastar ideas. Eso nos obliga a ponderar los pros y contras de cada opción. Nos conduce a evaluar escenarios que tal vez de otra forma no hubiésemos considerado. Abre el abanico de oportunidades.

Si queremos evitar el miedo a dañar nuestras relaciones a causa de nuestro emprendimiento, es necesario que aprendamos a convivir con las diferencias de opinión, que aprendamos a aceptar que en muchas ocasiones otras personas no entenderán o no aceptarán las decisiones que debemos tomar. Y que aprendamos a hacer esto sin afectar negativamente el contenido afectivo de nuestras relaciones personales.

Incluso en los casos extremos en los que el conflicto generado por el emprendimiento sea insuperable, es posible terminar con la relación de negocio (sea de socio a socio, de cliente a proveedor, o de empleador a colaborador) sin que eso implique necesariamente una ruptura de la relación afectiva de amistad, familia o pareja.

En resumen, estar en desacuerdo no necesariamente implica que debemos dejar de trabajar juntos y, aún en el caso extremo que sea así, dejar de trabajar juntos no necesariamente implica que debemos dejar de tenernos afecto y continuar con una relación personal independiente del negocio.

¿La estrategia para superar el miedo a dañar nuestras relaciones personales a causa de nuestro emprendimiento?

La estrategia para superar este miedo implica fundamentalmente aprender a desarrollar la comunicación asertiva.

Mediante la asertividad somos capaces de mantener un control emocional en nuestras relaciones y expresarnos de forma de obtener el máximo beneficio para todas las partes involucradas (Puedes leer un artículo anterior sobre esta destreza en el siguiente enlace: Comunicación asertiva para el éxito en los negocios).

La asertividad se define como la forma de expresar tus opiniones sin agresividad y sin pasividad. Respetando a los demás, pero respetando lo que uno mismo piensa. Por ejemplo, esto implica ser amable con los demás al tiempo que sabemos decir no a situaciones o propuestas que no nos resultan satisfactorias, no conducen al logro de nuestros objetivos o no concuerdan con nuestra visión.

Para tener una comunicación asertiva, o ser asertivos, debemos lograr un control emocional, aprender a negociar y entender que no siempre se gana. Implica buscar activamente llegar a un acuerdo en el que se trate que ambas partes consigan el logro de la mayor parte de sus objetivos. Por ello, la comunicación asertiva es fundamental para incrementar el éxito.

No se trata de ganar, sino de lograr beneficios mutuos.

La actitud asertiva tiene su fundamento en la autoestima y la confianza en uno mismo. En la medida en que creemos en nosotros mismos y en nuestro proyecto, y valoramos nuestras opiniones y nuestras percepciones, estaremos en capacidad de defenderlas y no dejarlas opacar o quedar sometidas.

Pero la actitud asertiva también tiene su fundamento en el respeto hacia los demás y la tolerancia a las diferencias. En la medida en que respetemos a los otros y aceptemos que es posible pensar diferente, sentir diferente, tener valores diferentes, estaremos en capacidad de tratar de entender las posiciones de los demás. Esto te ayudará a superar el miedo a dañar tus relaciones personales a causa de tu emprendimiento.

¿Cómo desarrollar una comunicación asertiva para nuestro negocio?

  • Objetivos claros. Siempre inicia tus interacciones con los demás con objetivos y metas claros, y asegúrate que cualquier intercambio sea en beneficio del cumplimiento de las metas. No desperdicies tiempo y esfuerzo en profundizar sobre diferencias que no son relevantes para el objetivo.
  • Escucha activa. Aprende a preguntar y a escuchar. Esta posiblemente es la principal virtud que te ayudará a ser asertivo. Generalmente invertimos más esfuerzo en tratar de comunicar nuestros puntos de vista que en detenernos a escuchar los del otro. Haz preguntas relevantes que te permitan entender cómo piensa el otro y por qué piensa de esa forma. Y dedica atención al escuchar sus respuestas. Muestra atención activa.
  • Sinceriza conflictos. Plantea los conflictos y diferencias sin miedo. No temas darle la bienvenida al “elefante dentro del cuarto”. Muchas veces damos rodeos y evitamos llamar las cosas por su nombre. Lo más sencillo y efectivo para una comunicación asertiva es ser claros en cuáles son los puntos de discrepancias. Cuando lo hagas, ten en cuenta que habrá diferencias negociables y otras fundamentales que no son negociables. Asegúrate que tu interlocutor sepa cuáles condiciones no son negociables para ti y trata de entender cuáles no son negociables para la contraparte.
  • Ponte en sus zapatos. Trata de generar empatía real y entender la postura del otro. A veces, colocar las cosas en perspectiva y fuera de nuestro propio interés nos permite ver caminos intermedios que nos habíamos planteado y pueden ser la solución al conflicto.
  • No lo tomes personal. Evita a toda costa los conflictos interpersonales. No ofendas y no te sientas ofendido fácilmente. Genera una interacción basada en la confianza y en el respeto mutuo.
  • Alcanza ganar-ganar. Busca llegar a un acuerdo en el que ambas parte logren una buena parte de sus propios objetivos. Negocia de forma abierta y honesta. Y siempre trata de generar compromisos puntuales, de ambas partes.
  • No cedas en tus fundamentos. Mantente firme en los puntos que, para ti, tu visión, tus valores o los intereses de tu negocio, son no negociables. Y si no es posible un acuerdo como te planteo en el punto 6, pues aprende a retirarte de la negociación, de forma respetuosa y amigable. Por ejemplo, nunca aceptes un acuerdo que vulnere tus principios fundamentales o se oponga a tus metas. Por supuesto, el tener una actitud asertiva implica también que debes estar dispuesto a aceptar una respuesta igualmente directa y honesta, sin que te genere conflicto.
  • No confíes en la memoria o la buena voluntad. No dejes nada a la improvisación o a la memoria. Asegúrate de recoger de alguna forma los acuerdos y compromisos. Bien sea mediante una minuta de la reunión, un email. Siempre es fundamental que cualquier acuerdo quede claramente establecido por escrito, con los compromisos de ambos lados.

La asertividad es una virtud que te abrirá muchas puertas y te facilitará el camino. La comunicación asertiva se puede convertir en una herramienta para el éxito. Y también te evitará muchos conflictos. Es algo que no solamente te beneficia a nivel profesional, sino que es una gran herramienta para el manejo de tus relaciones personales, con amigos, pareja, familia o conocidos.

No permitas que el miedo a dañar tus relaciones personales afecte las posibilidades de éxito de tu emprendimiento. No dejes que este miedo te paralice. Aprende a identificarlo y enfréntalo con una comunicación asertiva. Esto te ayudará a mantener relaciones personales y profesionales saludables y propiciadoras de progreso y crecimiento.

Referencias

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