Cuando el emprendedor debe decidir entre buscar excusas o buscar razones
En nuestro camino del emprendimiento, constantemente enfrentamos obstáculos. Cada obstáculo que no superamos, o que nos da miedo enfrentar, tiene el potencial de convertirse en una excusa. Hoy conversaremos acerca del dilema que enfrenta el emprendedor cuando debe optar entre buscar excusas o buscar razones cuando no alcanza sus objetivos de negocio.
«La madurez es cuando dejas de quejarte y de excusarte, y comienzas a hacer cambios»
Roy Bennett
Si prefieres, puedes escuchar el audio completo del artículo en el siguiente enlace:
Tengo un chiste personal en casa. Cada vez que no encuentro algo, por ejemplo, mi botella de agua, digo “Maestra, me robaron el agua”. Y mi esposo y yo reímos y buscamos la botella, que suele estar en cualquier lugar inusual donde la dejé descuidadamente.
Suelo hacer este chiste, porque la reacción más usual de los niños en edad escolar cuando pierden algo es asumir que es responsabilidad de otros y, por ende, se “lo robaron”. Es más fácil decir, “Maestra, me robaron el lápiz” que decir “Maestra, perdí mi lápiz”. Cuando decimos “me robaron el lápiz” en lugar de “perdí el lápiz”, dejamos de asumir la responsabilidad por el destino del lápiz y trasladamos la responsabilidad a otro, en este caso, algún compañero. Con esto, buscamos evitar las posibles consecuencias negativas de la pérdida del lápiz.
Visto como un caso escolar, posiblemente nos coloca una sonrisa en el rostro y nos hace recordar los momentos en que éramos más inmaduros y ponderar todo lo que hemos avanzado.
Sin embargo, este patrón con frecuencia lo continuamos a lo largo de nuestra vida profesional. Por supuesto, no decimos “me robaron”, pero la tendencia a buscar responsables de lo que nos ocurre fuera de nosotros mismos, a veces permanece por muchos años. Cambiamos el “me robaron” por otro montón de excusas como “no tuve tiempo”, “me llamaron para una reunión de emergencia”, “el proveedor se equivocó con el pedido”, “el contador cometió un error”, entre miles de excusas similares que seguramente podríamos listar por horas.
Y si como emprendedores abordamos nuestros negocios con este mal hábito, nos estancamos y obstaculizamos nuestro camino hacia el éxito.
¿Por qué damos excusas?
Hay muchas razones por las cuales las personas damos excusas para no asumir responsabilidades. Son muchas y muy diversas. Sin embargo, te listo a continuación las que suelen ser las más frecuentes entre los emprendedores:
- Evitar algo que no queremos hacer, cuando nos enfrentamos a tareas que son desagradables, difíciles, o nos sacan de nuestra zona de confort.
- Esconder la verdad, cuando podemos quedar expuestos a condiciones desfavorables.
- Evitar confrontaciones, cuando sabemos que asumir otra postura puede disgustar a otros.
- Esconder errores cometidos, cuando no queremos que se sepa que nos equivocamos.
- Evitar consecuencias desagradables, cuando sentimos miedo de lo que puede pasar si no damos una excusa.
- Evitar el cambio, cuando implica un esfuerzo, un aprendizaje o una incomodidad, aunque sea pasajera.
- Buscar seguridad, cuando queremos refugiarnos en lo conocido.
En nuestro camino del emprendimiento, constantemente enfrentamos obstáculos. Cada obstáculo que no superamos, o que nos da miedo enfrentar, tiene el potencial de convertirse en una excusa.
Las excusas son un freno para el desarrollo y la evolución porque permiten, entonces, que los obstáculos cobren protagonismo, sin tratar de entenderlos, sin intentar eliminarlos, sin buscar cambiarlos.
Cuando aceptamos los obstáculos y dejamos de intentar superarlos, frenamos los procesos.
Buscar razones
Lo contrario a buscar excusas en el mundo del emprendimiento, es el tratar de buscar razones. Entender a los obstáculos y las razones por las que aparecen, y desarrollar estrategias para superarlos.
El buscar razones implica un proceso de investigación y análisis. La misma palabra “razones” nos habla de un proceso dirigido por la razón, objetiva, y no por la emoción, subjetiva.
Buscar razones implica buscar datos y establecer conexiones que nos permitan entender al obstáculo y generar estrategias para superarlo o avanzar, a pesar de él.
No se trata de ignorar ni de evitar el obstáculo. Se trata de aceptar que existe, pero no rendirnos a su presencia sino desarrollar una estrategia para superarlo.
Las razones abren caminos y posibilidades. Nos permiten visualizar y aprovechar oportunidades.
Locus de control externo Vs. Locus de control interno
Las excusas nos eximen de asumir responsabilidad. Cuando buscamos excusas manejamos un locus de control externo, según el cual no tenemos potestad sobre las cosas que nos ocurren.
Las razones, por el contrario, nos obligan a asumir responsabilidad. Cuando buscamos razones manejamos un locus de control interno, según el cual somos responsables de las consecuencias de lo que nos ocurre y, por ende, tenemos capacidad de cambio.
En un artículo anterior que puedes revisar en el siguiente enlace: La libertad de asumir responsabilidad del emprendedor, puedes encontrar información sobre lo que significa el Locus de Control y cómo puedes desarrollar un Locus de control interno.
Excusas Vs. Razones
Las excusas nos inmovilizan y evitan que actuemos. Las razones, por el contrario, nos mueven a tomar decisiones y a generar cambios.
Las excusas nos permiten sentirnos más cómodos, porque quitan de nuestros hombros el peso de la responsabilidad. Las razones, por el contrario, nos obligan a salir de nuestra zona de confort y enfrentar los retos que implica el cambio.
Las excusas nos mantienen alejados del fracaso… pero al mismo tiempo nos alejan cada vez más del éxito. No fracasamos sencillamente porque no intentamos y no avanzamos, no porque seamos exitosos en lo que nos proponemos.
Las razones implican más trabajo y esfuerzo que las excusas. Por eso es tan fácil caer en excusas.
Excusas más frecuentes
Son muchas las posibles excusas que encontramos día a día para justificar la falta de decisiones y la falta de cumplimiento de nuestros objetivos. La lista sería interminable. Sin embargo, te menciono a continuación las que son más frecuentemente utilizadas por los emprendedores.
- Falta de tiempo (no me alcanzó el tiempo, tenía muchas cosas que hacer, el tiempo no fue suficiente, estoy muy ocupado)
- No puedo (no soy capaz, no sé, no estoy preparado)
- Resignación (es lo que hay, hay que aguantar el chaparrón, es lo que toca, es lo que trajo el río)
- Costumbre y resistencia al cambio (Es mi forma de ser, siempre lo he hecho así, ya estamos acostumbrados a esa forma).
- Condiciones desfavorables (Situación económica del país, condiciones políticas, normas y regulaciones)
- Falta de solidaridad (Yo hago lo que puedo, pero los demás no ayudan, sean socios, colaboradores, clientes).
- Falta de recursos económicos (No tengo dinero, no facturo suficiente, no puedo invertir en eso ahora, no tengo los equipos necesarios)
- Desinterés (No me interesa ahora, no me gusta, no todo es trabajo).
- Limitaciones personales (Estoy muy viejo, estoy muy joven, no tengo experiencia, no es el momento para mi familia, no va con mi forma de ser)
¿Te identificas con alguna de estas excusas? Estoy segura de que más de una vez has utilizado una o varias de estas excusas para justificar el incumplimiento de tus metas y objetivos de negocio.
¿Cómo cambiar el patrón de dar excusas y comenzar a dar razones?
Hay diversas estrategias que puedes tratar de utilizar para limitar las veces que te escondes en excusas e incrementar las veces en que buscas razones que te permitan actuar y tomar decisiones.
- Reconoce la excusa como tal. Admite que estás evitando asumir la responsabilidad. Si no te das cuenta de que estás usando una excusa, difícilmente la vas a superar o cambiar. El primer paso es una reflexión personal acerca de las justificaciones que estás utilizando y si de verdad son razones válidas o son excusas.
- Busca siempre explicar las situaciones en base a las cosas que están bajo tu control. Por ejemplo, no digas “no tuve tiempo”, cambia el argumento a “tuve otras prioridades”. Eso te devuelve el poder, ya que al final del día estás en capacidad de cambiar tus prioridades si requieres incluir en tu tiempo la realización de alguna tarea.
- Trata de incrementar tu autoconfianza. En la medida en que te sientas más seguro de ti mismo, de tus capacidades, te será más fácil comenzar a apalancarte en las cosas que puedes cambiar, en lugar de resignarte a tolerar las que no puedes cambiar.
- Apóyate en el optimismo realista como un recurso para lograr la motivación necesaria para no permitir espacio a las excusas y asumir el esfuerzo y consecuencias de buscar razones. Puedes leer un artículo anterior sobre el Optimismo realista en el siguiente enlace: Optimismo realista Vs. optimismo ingenuo.
Por supuesto, existen muchas condiciones externas que están fuera de tu control y afectan tu emprendimiento: enfermedades, políticas de gobiernos, condiciones climáticas, entre otras. No te estoy invitando a ignorarlas o pensar que puedes cambiar todo en el mundo. Sin embargo, aunque no puedas cambiar estas circunstancias, siempre puedes cambiar tu forma de pensar y de comportarte y buscar alternativas de acción que te permitan avanzar, a pesar de esas circunstancias en las que te ha tocado vivir y desarrollar tu emprendimiento. Por ejemplo, en lugar de utilizar una política del gobierno como una excusa para no hacer algo o para que te vaya mal, piensa qué puedes cambiar en tu emprendimiento para que dicha política te afecte menos, o no te afecte. Lo mismo para cualquier obstáculo que encuentres.
De eso se trata cuando cambias la búsqueda de excusas por la búsqueda de razones, de analizar por qué estás estancado, qué te impide avanzar y cómo podrías cambiarlo para superarlo. A veces debes cambiar los procedimientos, a veces los recursos, otras veces los tiempos de respuesta, y a veces te toca cambiar o ajustar los objetivos. En todo caso, no te escondas en una excusa para no enfrentar el obstáculo. Ajusta tu estrategia.