Cuando la musa se va

cuando la musa se va

Mi último artículo hablaba sobre las vacaciones y el descanso. Y siguiendo mi mismo consejo, tomé vacaciones por un par de semanas. Cuando regresé, el trabajo con que apoyo el emprendimiento de mi esposo por supuesto estaba multiplicado debido el retraso causado por mi ausencia. Entonces, mi prioridad fue ponerme al día con todo. Fueron unas semanas de arduo trabajo, muy repetitivo, muy rutinario. Finalmente me puse al día con esas tareas y decidí que era momento de regresar a mi blog. Ya tenía el tiempo, ¡excelente! ¿Qué podía salir mal? Pues te cuento que una vez que me senté dispuesta a recomenzar, sentí que la inspiración me había abandonado totalmente. Este proceso personal, y el tratar de buscar la forma de superar mi bloqueo, me motivó a escribir este artículo de hoy, que trata justamente acerca de qué hacer cuando la musa se va.


“Si escuchas una voz dentro tuyo que te dice “No puedes pintar”, entonces, por todos los medios, pinta, y esa voz será silenciada”

Vincent Van Gogh

Si prefieres, puedes escuchar el audio completo del artículo en el siguiente enlace:


Las musas en la mitología griega eran las divinidades que inspiran las artes y el conocimiento. Según la mitología, las musas bajaban a la tierra y susurraban a los oídos de los creadores nuevas ideas que los inspiraban. De allí el popular dicho según el cual cuando estamos inspirados tenemos a las musas a nuestro lado, pero cuando tenemos la mente en blanco es porque las musas nos han abandonado.

Cuando hablamos de musa y de inspiración o bloqueos creativos, nuestro referente principal es generalmente el mundo artístico. Pensamos que eso aplica a los escritores, artistas visuales, poetas.

El bloqueo creativo en el emprendedor

Sin embargo, en muchas oportunidades hemos hablado acerca de la creatividad como una cualidad que todo emprendedor debe cultivar y que te ayudará a alcanzar el éxito. Por eso, la falta de inspiración es algo que afecta también a emprendedores y gerentes, en empresas de cualquier tamaño. Puedes leer un artículo anterior sobre la creatividad y el emprendimiento en el siguiente enlace: 3 herramientas para desarrollar pensamiento creativo en el emprendedor.

Es necesario aprender a entender qué nos ocurre en esos momentos en los que sentimos que la musa de la inspiración creativa se va, nos abandona, y cómo superarlo, para que no afecte negativamente nuestro emprendimiento. Porque los negocios deben seguir su rumbo, independientemente de que los dueños sientan que no tienen inspiración. Nuestros negocios son más grandes que nosotros mismos.

¿Por qué perdemos la inspiración a veces?

La pérdida de la inspiración, o de la vena creativa, como quieras llamarlo, que ocurre cuando la musa se va, ocurre por diversas causas. Si aprendemos a identificar por qué hemos perdido temporalmente la habilidad de crear de forma fácil y productiva nos será más fácil luchar contra ello y superarlo.

Antes que nada, quiero que entiendas que estos episodios de falta de inspiración creativa, en los que parece que nuestra capacidad de inventar cosas nuevas se ha agotado, son absolutamente normales. Nos ocurren a todos. Nos han ocurrido en el pasado y con seguridad nos volverán a ocurrir en el futuro. De modo, que hay que comenzar por aceptarlo como una realidad y evitar pensamientos fatalistas (pensar que nunca más serás capaz de crear, que perdiste esa cualidad para siempre) y sentimientos de culpabilidad.

A continuación, te listo algunas de las causas que pueden ser responsables de estos episodios. Por supuesto no actúan todos cada vez y es posible que más de uno esté involucrado en un episodio en particular.

Cansancio.

La capacidad de crear requiere una mente y un cuerpo descansados. Cuando por cualquier motivo estamos enfrentando un cansancio físico o mental extraordinario, inusual en nosotros, es posible que nuestra capacidad de concentrarnos en la producción de nuevas ideas desaparezca o se vea afectada.

El estrés o ansiedad.

Al igual que el cansancio, el estrés bloquea nuestra capacidad de crear, ya que nuestras energías se desvían a la resolución del evento que genera el estrés y a controlar las emociones que lo acompañan. Esto impide que las energías se enfoquen en la creatividad.

Estado emocional negativo.

Podríamos decir que esto es una parte o una extensión del punto anterior. Cuando tenemos problemas personales o profesionales, incluso si no tienen nada que ver con el objeto de nuestra actividad creativa, el tono emocional general baja, el entusiasmo baja, nos sentimos desmotivados y por ende nos resulta difícil involucrarnos en una tarea creadora.

Exceso de rutinas.

Las rutinas son necesarias. Eso lo hemos conversado anteriormente. Nos ayudan a enfocarnos y a ser más productivos. Sin embargo, como todo extremo es malo (según reza el dicho popular), cuando nuestro día transcurre completamente en medio de rutinas, nos movemos por inercia de una actividad a otra. Esto obstaculiza la posibilidad de involucrarnos en tareas novedosas y creadoras.

Falta de tiempo.

A veces, la necesidad de asumir otras responsabilidades con nuestro emprendimiento o responsabilidades personales, o situaciones coyunturales como enfermedades o problemas inesperados, nos obligan a un alejamiento forzado de la actividad creadora. Aunque deseamos dedicar algún rato de nuestro día al proceso creativo, no encontramos el espacio en nuestra agenda. Y poco a poco, si no tomamos medidas, vamos desplazando este espacio de forma más permanente.

Cierre de ciclos.

Algunas otras veces ocurre sencillamente que los procesos y etapas se agotan. Tal vez no es falta de inspiración con un tema específico, sino que sencillamente el ciclo que involucraba ese tema ha concluido. No sentimos inspiración para trabajar en ello, porque sencillamente esa fuente ya se secó. Nos toca entonces identificar las nuevas fuentes de inspiración que están delante nuestro y que nos conducirán hacia las nuevas etapas de nuestra vida y nuestro emprendimiento.

Como ves, es posible que tu falta de inspiración cuando la musa se va sea causada por muy diferentes factores. Si te sientes con falta de inspiración te invito a que, antes que nada, reflexiones acerca de las causas que han generado esta situación particular en este momento de tu vida. Solo así encontrarás la herramienta adecuada.

Revisando el listado anterior, puedo compartirte que lo que más me afectó, en lo personal, en este momento en que me sentí con falta de inspiración para retomar este blog luego de mis cortas vacaciones, fue el exceso de actividades rutinarias que tuve que asumir para ponerme al día con las obligaciones con mi trabajo y, en consecuencia, la falta de tiempo para dedicarme al blog. Esta falta de tiempo me llevó a estar desconectada de actividades creadoras por casi 6 semanas. Luego de ese período de separación, pasando de una rutina a otra con mucha concentración y velocidad para ser eficiente, una que vez encontré el tiempo, mi mente sin embargo no estaba preparada para pasar de forma automática a un modo creativo. Me tocó detenerme, mortificarme y entrar en una pequeña crisis, aceptarlo y buscar la salida. Afortunadamente, esa salida me ha conducido a compartir este artículo contigo.

¿Cómo superar la falta de inspiración que sentimos cuando la musa se va?

Descanso y desconexión.

Si la causa de tu falta de inspiración es el cansancio, la respuesta más razonable es que tomes un tiempo de descanso. No te obligues a insistir de manera forzada en la búsqueda de soluciones creativas cuando tu cuerpo o tu mente no están descansados. Tómate un receso, un descanso. Dedica tiempo a otra cosa. Y regresa una vez tengas las fuerzas renovadas.

Ejercicios de meditación y relajación.

Como complemento al descanso, puede resultarte de mucha utilidad tratar de realizar ejercicios de meditación y relajación. Aún sea por períodos cortos, la meditación contribuye a enfocarte en el aquí y el ahora, permitiendo que tu mente descanse de todo pensamiento que pueda alterar tu capacidad de creación.

Cambiar rutinas y métodos.

Si quieres buscar nuevas ideas y soluciones, oblígate a romper con lo establecido y a abrirte a nuevos procedimientos. Cambia de alguna forma la manera con la que enfrentas tus tareas diarias. Refresca procedimientos. En la medida en que te obligues a hacer las cosas de forma diferente, poco a poco estarás en camino a buscar nuevas soluciones y despertarás tu pensamiento creativo.

Cambia de espacio.

A veces, solamente salir de tu oficina o del espacio en el que regularmente realizas tus actividades, ayuda a conseguir que las nuevas ideas comiencen a fluir. Es parte del cambio de rutinas y métodos.

Busca realizar actividades creadoras de cualquier tipo.

Si no consigues encontrar las nuevas ideas que requieres para tu emprendimiento, da un chance a tu capacidad creadora de salir a flote a través de cualquier actividad que te guste. Puedes tratar de pintar, escribir, realizar cualquier tipo de artesanía, cocinar, cualquier actividad que ponga en acción tu capacidad creadora, aunque sea en un entorno ajeno a tu emprendimiento. Algo que te guste y disfrutes. Una vez que logras encender nuevamente la llama de la creatividad, verás que te resultará más sencillo traspasar esa energía creadora hacia tu emprendimiento.

Conversa con alguien sobre el tema.

No temas revelar a otros que estás pasando por un momento de falta de inspiración. Comparte tu preocupación con alguien cercano que pueda entenderte y conversa tus ideas con alguien que pueda aportarte puntos de vista diferentes. A veces, una mente descansada y ajena al problema, puede darnos luces para encontrar soluciones creativas por caminos que no se nos hubiesen ocurrido de otra forma.

Tormentas de ideas o ejercicios de visualización.

Cuando nos sentimos estancados con una idea, nunca falla el ejercicio de tomar un tiempo para escribir de forma libre todos los pensamientos que se nos ocurran sobre eso, sin juzgarlos, sin ordenarlos, solamente dejándolos fluir. Una vez terminemos con ese listado, el ejercicio racional de clasificación, selección y organización de esas ideas puede conducir a nuevas respuestas.

Leer o estudiar.

A veces, estamos limitados en nuestra capacidad de dar con soluciones creativas porque sencillamente carecemos de elementos de información que son relevantes. Tratar de buscar información, estudiar y entender lo que otras personas hay dicho o hecho sobre el tema que nos ocupa, puede contribuir a mejorar nuestra capacidad de crear, gracias a la incorporación de nueva información en el proceso.

Retornar a las bases.

Trata de recordar el por qué de tu emprendimiento, la razón por la que haces lo que haces y para quién. A veces el día a día y las rutinas nos alejan del corazón de nuestro emprendimiento. Reconectarnos con nuestro “por qué” puede ser una fuente de inspiración invaluable.

No desistir.

Todos pasamos por estos momentos de falta de inspiración cuando la musa se va de nuestro lado. No permitas que una condición temporal y circunstancial te paralice. Sigue buscando opciones para que puedas encontrar la salida a esas nuevas ideas creadoras. El pensamiento de Van Gogh con que inicio este artículo justamente propone que la única forma de callar los pensamientos negativos que acompañan a la falta de inspiración es la persistencia en la consecución de la meta.

Calla a esa voz interna que se opone a la creatividad para que puedas escuchar la voz de tu musa que está susurrándote las ideas. Lo que ocurre muchas veces no es que la musa se va, sino que, aunque la musa está con nosotros, no la escuchamos. Calla la voz interna de la rutina, del cansancio, de la falta de motivación, del pesimismo, para que tu musa pueda expresarse en su mayor esplendor y mantenga viva tu inspiración.

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