La curiosidad: Un motor para el emprendimiento

curiosidad motor para el emprendimiento

Una de las cosas que me encanta de los niños es lo curiosos que son. Disfruté mucho esto criando a mis hijas, que ya están grandes, y ahora disfruto escuchar las historias de las peguntas y comentarios de mis nietos que demuestran su gran curiosidad. Esta maravillosa cualidad, que es tan natural en los primeros años de vida, y que celebramos en los niños, lamentablemente a veces se va diluyendo a medida que crecemos. Las normas que imponemos y nos imponen, las exigencias del día a día, las formas de aprendizaje a las que nos hemos acostumbrado muchas veces atentan contra la curiosidad. Y esto es lamentable, porque la curiosidad es un rasgo que maximiza el potencial de los emprendedores y es un motor para el emprendimiento.


Si prefieres, puedes escuchar el audio completo del artículo en el siguiente enlace:


«Las ideas proceden de la curiosidad»

Walt Disney

¿Por qué muchas veces va muriendo la curiosidad con los años?

Quien es curioso a veces incomoda a los demás, porque cuestiona lo establecido y genera una alteración en el flujo de cosas a las que estamos acostumbrados. Es más sencillo muchas veces seguir la corriente y no interrumpir el orden de las cosas.

Ser curioso se asocia a veces con rasgos negativos. Se hace referencia a alguien como “curioso” cuando realmente es “entrometido”. Por eso, es importante aclarar que no nos referimos hoy al curioso como alguien entrometido que quiere conocer de todo y de todos y se inmiscuye en asuntos que no son de su incumbencia, sino del curioso como alguien inclinado a descubrir, a aprender lo que no conoce.

La educación formal, sobre todo luego que pasa por los períodos de educación inicial o preescolar, tiende en muchos casos a dar prioridad al orden antes que a la curiosidad, porque la curiosidad puede generar desorden. No quiero con esta afirmación obviar el hecho de que muchas metodologías educativas se han esforzado en lograr niños más creativos, ni minimizar el esfuerzo de muchos educadores que, individualmente, hacen cada día muchos aportes en este sentido. Me refiero a una tendencia general de las estructuras educativas regulares y formales. Incluso, mucho más allá de la educación básica.

Por ejemplo, las universidades por definición son el lugar propicio para cuestionar, desarrollar pensamiento, desarrollar ideas y, no obstante, muchas veces encontramos profesores que castigan con evaluaciones pobres a quienes retan sus creencias o cuestionan sus puntos de vista. Nuevamente, aclaro que me refiero a tendencias generales sin querer menospreciar los casos en los que esta situación no es la norma. Lamentablemente, las excepciones han sido menos y la regla tiende a ser la búsqueda del acuerdo y el seguimiento del estatus quo.

La curiosidad de otras personas a veces nos hace sentir vulnerables e inseguros, porque tiene la capacidad de romper con nuestras percepciones y creencias. Por eso, las personas que se consideran curiosas a veces nos generan cierta incomodidad.

No obstante, los grandes avances en la historia, la ciencia, la cultura, el arte, se han logrado gracias a que han existido, y siguen existiendo personas que han logrado cultivar su curiosidad más allá de la niñez y la han aplicado a su estilo de vida y a su vida profesional, permitiendo la innovación y la búsqueda de las cosas nuevas en todo lo que hacen.

Pareciera que, a nivel profesional, estamos en un momento de cambio, en el que se comienza a valorar más esta cualidad de ser curioso, no solo para el emprendedor, sino para el trabajador en general. Hay más estudios que relacionan la curiosidad con un desempeño más alto y eficiente.

Contrario a lo que muchos piensas acerca de que el no seguimiento de normas y la búsqueda de nuevas formas de hacer las cosas pueden afectar negativamente la productividad de la empresa, puesto que es más fácil seguir haciendo las cosas como siempre se hacen y mantener un ritmo seguro, realmente el empoderar a los trabajadores que muestran curiosidad e interés por aprender y buscar nuevos caminos, puede detonar mejoras importantes en procesos, productos y servicios, que beneficien a las empresas y a los colaboradores.

Ser curioso es una cualidad de gran importancia para el emprendedor.

Los emprendedores nos movemos en territorios de mayor riesgo. Muchas veces asumimos el reto de encontrar oportunidades donde otros ven problemas o debilidades. Por eso, el ser curioso es un motor para el emprendimiento. La curiosidad nos abre puertas, nos muestra oportunidades, nos inspira la búsqueda de soluciones. En fin, la curiosidad es lo que nos mueve hacia adelante cuando somos emprendedores, es un motor para el emprendimiento.

¿Por qué la curiosidad es un motor para el emprendimiento?

  1. Promueve la creatividad e innovación. Hemos visto en artículos anteriores, cómo la creatividad y la innovación son fundamentales para el pensamiento emprendedor. La capacidad de ser curiosos impulsa y facilita estos valores (Puede interesarte leer: 3 herramientas para desarrollar pensamiento creativo en el emprendedor)
  2. Da origen al cambio y a la búsqueda de nuevas soluciones a los problemas que enfrentamos. Cuando somos curiosos no nos conformamos con las cosas tal y como son y como las hemos aprendido. Buscamos entender más allá. Profundizar en nuestra comprensión. En consecuencia, es más probable que logremos desarrollar nuevas ideas acerca de cómo hacer mejor las cosas que ya hacemos.
  3. Abre los ojos a nuevos problemas que no nos habíamos planteado antes. La curiosidad no solamente nos ayuda a mejorar lo que conocemos, sino que también nos expone al descubrimiento de nuevos problemas, que a su vez requerirán nuevas soluciones.
  4. Empuja el progreso del emprendimiento y del sector de negocio en que nos desarrollamos. Cuando somos curiosos y, en consecuencia, somos creativos e innovadores en nuestra soluciones y propuestas, contribuimos al desarrollo de nuestro negocio porque mejoramos nuestra capacidad de dar soluciones a nuestros clientes. Y al ofrecer mejores respuestas a los clientes contribuimos al desarrollo del sector de negocio en que participamos. Nos convertimos en líderes del cambio.

¿Cómo es la mentalidad del curioso?

¿Cómo identificar al curioso? Este curioso positivo que impulsa el desarrollo y aprendizaje. ¿Qué rasgos definen esta curiosidad que tiene la capacidad de ser motor para nuestro emprendimiento?

A continuación, te listo un conjunto de rasgos que he recopilado que describen a la mentalidad de la gente curiosa. No te extrañará encontrar que son comunes a muchos que hemos definido anteriormente como característicos de la mentalidad emprendedora:

  • Cuestiona lo establecido y las normas. No acepta que las cosas son de una forma “porque si” o porque alguien así lo ha definido. Busca entender el trasfondo de los comportamientos establecidos. No significa esto que sea un “constante contreras” como se refería mi mamá al estereotipo de quienes siempre llevan la contraria, a veces entendiendo las razones que hay detrás de una norma, las aceptamos con mayor facilidad. Pero si hay espacio para el cambio o la mejora, solo cuestionando lo establecido podemos encontrar ese camino.
  • Le gusta aprender. El curioso es el típico estereotipo de quien desarma cualquier mecanismo para aprender cómo funciona. Para el curioso el aprendizaje es un proceso de enriquecimiento y crecimiento, un placer y no una carga u obligación. Disfruta entendiendo cómo funcionan las cosas, no las acepta solo porque sí, sino que quiere comprender en profundidad su por qué.
  • Le aburre la rutina. El curioso se cansa fácilmente de hacer las cosas siempre igual. Busca cambios y busca cosas nuevas. Reta la rutina porque no quiere sentirse aburrido.
  • Acepta con interés los estímulos nuevos. El curioso no le huye a lo desconocido. Por el contrario, lo encuentra interesante y atractivo.
  • Evita prejuicios. El curioso no enfrenta el mundo con una percepción previa de “cómo debe ser”, ya que esta posición se opone a la posibilidad de descubrir “cómo podría ser” o “de qué otra forma podría ser”.
  • Tiene mentalidad analítica y le gusta enlazar cabos y encontrar relaciones. El curioso busca más allá de lo obvio. Como detective en búsqueda de pistas, el curioso analiza y establece relaciones entre eventos, con la finalidad de descubrir patrones que no son perceptibles a simple vista.
  • Es flexible y se adapta mejor a los cambios. El curioso sabe moverse en terreno desconocido y tiene la habilidad de moverse rápidamente para adaptarse a las nuevas situaciones que enfrenta.
  • Está dispuesto a cometer errores y entiende que son parte del proceso de descubrimiento y aprendizaje, no una señal de fracaso. El curioso no pretende tener la verdad absoluta. Sabe que el camino del descubrimiento está poblado de ensayos y errores. Es capaz de percibir los errores como un aprendizaje positivo y no deja que fácilmente un fracaso lo destruya y lo desenfoque de su objetivo.

Para desarrollar mejores emprendimientos, necesitamos emprendedores curiosos.

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Necesitamos sistemas educativos que promuevan la curiosidad desde edades tempranas y la sigan promoviendo a lo largo de todos los años de educación formal. Sistemas en los que se fomenten el cuestionamiento y el amor por el descubrimiento y el aprendizaje.

Necesitamos entornos profesionales que valoren la curiosidad como rasgo positivo que impulsa la productividad y eficiencia, al tiempo que afecta positivamente en la autoestima del trabajador, al sentir que está en capacidad de aportar y es escuchado.

Y definitivamente necesitamos emprendedores muy curiosos, que tengan la posibilidad de innovar con fuerza y mover las barreras del desarrollo mucho más adelante.

Referencias

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