La intensidad de las emociones del emprendedor

Emociones del emprendedor

A ver qué te parece la siguiente historia que refleja la intensidad de las emociones diarias que enfrenta el emprendedor.

Te levantas con una sensación de angustia porque sabes que tienes una reunión con un cliente importante que puede representar un cambio positivo en tu emprendimiento y quieres que todo salga bien.

A medida que se acerca la hora de la reunión, la angustia va dando paso a temor: temor al rechazo, temor al fracaso. Comienzas a sentirte inseguro de lo que tienes para ofrecer.

Cuando va llegando la hora de enfrentar el momento, tu principal socio te comenta lo sólida que ve la propuesta que van a ofrecer. Tu seguridad regresa. Te sientes más seguro y tranquilo.

El miedo te dura por los pocos minutos que tardas en comenzar a hablar. Una vez comienzas, estás en tus aguas. Te sientes confiado.

El cliente potencial queda encantado con tu presentación y promete una respuesta para el día siguiente, pero sabes en tu fuero interno que posiblemente será positiva. Estás eufórico y satisfecho con el triunfo del día. Te sientes orgulloso por tu decisión de haber emprendido.

Al poco rato de terminar esa reunión, te llama otro cliente para comentarte un inconveniente que tuvo con tu servicio a causa de un descuido de uno de tus colaboradores. Sientes ira hacia tu empleado por el error cometido, y vergüenza hacia tu cliente porque es un error que pudo haberse evitado. Al fin y al cabo, es tu emprendimiento, y la responsabilidad última del error es tuya.

Te sientes impotente y frustrado porque es un error que se hubiera podido evitar si hubieses entrenado diferente a tu colaborador.

Te desilusionas y sientes desconfianza de que tu empleado pueda resolverlo por si mismo. No obstante, luego de idas y venidas airadas e intensas con tu colaborador y con tu cliente, logras resolver la situación, satisfaciendo a tu cliente.

Estás cansado, pero más sereno. Listo para cerrar el día y terminar otro capítulo diario de tu aventura de emprender.


«Dos cosas que experimentarás cada día es miedo a lo desconocido e incertidumbre. Para tener un negocio de éxito debes confrontar esos miedos de frente»

Darren Hardy


¿El escenario anterior te suena familiar?

En un solo día de trabajo, los emprendedores pasamos por una gama amplia de emociones. La intensidad de las emociones del emprendedor es inmensa. Vamos de lo más bajo a lo más alto, y volvemos a caer. Enfurecemos, nos alegramos, sentimos miedo, confianza, desconfianza, orgullo…

En un momento nos sentimos invencibles y en otro pensamos que estamos destinados al fracaso y cometimos un error inmenso al tomar el camino del emprendimiento.

En esta última semana me leí un libro que me inspiró a escribir este artículo. Se trata del “Entrepreneur Rollercoaster” de Darren Hardy. Al final de este artículo puedes encontrar el link para este libro en Amazon.

En este libro, el autor hace un símil entre la experiencia de emprender y la experiencia de subirte a una montaña rusa. Además de ser muy interesante y motivadora, esta lectura me hizo darme cuenta de que en los pilares sobre los que construyo este blog me está faltando un pilar: el mundo emocional del emprendedor.

Mis cuatro pilares, hasta ahora, son: Valores, Actitudes, Hábitos y Herramientas. Tal vez, esto lo debo cambiar en el futuro cercano e incluir uno adicional: Las Emociones.

¿Qué son las emociones?

La real Academia española la define como:

Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática.

Eso nos indica dos cosas acerca de las emociones:

  1. Son temporales, de corta duración. (A diferencia de los sentimientos, que son consecuencia de las emociones y son sensaciones más duraderas hacia las personas, hechos u objetos).
  2. Causan reacciones, que pueden ser físicas (fisiológicas), psicológicas (estado de ánimo) o conductuales.

Son alteraciones de tu estado anímico, que duran poco y que afectan tu comportamiento.

Mi esposo siempre ha dicho que existen dos tipos de pareja, las parejas “ancla” y las parejas “vela”. Las parejas “ancla” son las que te impiden avanzar, te hacen permanecer en lo seguro y sin cambios. Las parejas “vela” son las que estimulan tu crecimiento y avance, en todas las circunstancias. Las que te ayudan a desarrollarte como profesional y como persona.

Pienso que este razonamiento es aplicable a la forma como manejamos nuestras emociones cuando somos emprendedores. Una misma emoción, el miedo, por ejemplo, puede ser “ancla”, si nos hace quedar paralizados y nos impide mover. Pero el mismo miedo puede ser una emoción “vela” si nos obliga a movernos y a buscar ajustes para poder superar la situación amenazante.

En este sentido, las emociones per se no son malas ni buenas. El entorno en que ocurren y la forma cómo las gestionamos es lo que determina si resultan positivas o nefastas para nosotros y nuestro emprendimiento.

Las emociones per se no son malas ni buenas. El entorno en que ocurren y la forma cómo las gestionamos es lo que determina si resultan positivas o nefastas para nosotros y nuestro emprendimiento. Clic para tuitear

La vida emocional del emprendedor es intensa. Posiblemente más intensa que la del trabajador empleado promedio. Y si queremos salir airosos de esta intensidad emocional, debemos aprender a gestionarnos a nosotros mismos. A gestionar nuestras emociones.

¿Cuáles son las principales emociones del emprendedor?

Hay diversas posturas teóricas acerca de cuáles y cuántas son las emociones. Luego de revisar diferentes fuentes, he aprendido que los autores definen desde 4 hasta 8 y 10 emociones básicas.

Hay acuerdo, no obstante, en que las emociones pueden ser de dos tipos:

  1. Emociones primarias o básicas, que son las emociones con las que nacemos y aparecen de forma natural en el ser humano como respuesta a su entorno, como herramienta natural para adaptarse y sobrevivir. Estas emociones primarias son: Miedo, Tristeza, Ira y Felicidad (las cuatro en las que todos los autores tienden a coincidir) y algunos le agregan Sorpresa y Asco (También definido como Aversión o Desagrado).
  2. Emociones secundarias o complejas, que aparecen luego con el desarrollo y se producen por la combinación de emociones básicas y por la interacción con el entorno. Entre estas, se mencionan: Orgullo, Vergüenza, Entusiasmo, Culpa, Remordimiento, entre muchas otras.

En todo caso, no es objeto de este artículo determinar la clasificación teórica de las emociones, sino que logremos juntos entender cómo afectan el día a día del emprendedor.

Gestión emocional del emprendedor

No puedes (ni quieres, créeme) evitar sentir las emociones diversas a lo largo del día. La intensidad de las emociones del emprendedores un hecho y es inherente a nuestra actividad. No obstante, puedes aprender a reconocerlas y manejarlas.

La frase de Darren Hardy con que inicio el artículo, nos cuenta que el miedo es una de las emociones que con mayor frecuencia afecta al emprendedor, cada día, en cada momento.

Sentir miedo no es malo. De hecho, es positivo porque te alerta de peligros potenciales. Lo que es negativo es no identificar adecuadamente que sientes esa emoción, disfrazarla de otra cosa, y tomar decisiones y actuar (o no actuar, paralizarte), desde el miedo.

Muchas de las emociones que nos han enseñado a ver como negativas realmente nos preparan para el reto.

El objetivo de la gestión de las emociones para el emprendedor es aprender a utilizar sus emociones como impulso y no como freno.

El objetivo de la gestión de las emociones para el emprendedor es aprender a utilizar sus emociones como impulso y no como freno. Clic para tuitear

¿Cómo gestionar adecuadamente la gama de emociones que te embargan cada día?

Deber reconocer las emociones para poder enfrentarlas y manejarlas:

  1. Aprende a reconocer tus emociones. Mientras más te conozcas a ti mismo, más aprenderás a identificar la emoción que sientes en cada momento. Muchas veces, lo que crees que es Ira hacia una situación, es realmente Frustración o Desilusión por no saberla enfrentar o no tener las herramientas adecuadas para hacerlo. Lo que crees que es Entusiasmo por hacer algo puede ser Admiración por alguien que también lo hace, pero no realmente lo que te produce Felicidad. Mientras más hagas el esfuerzo por conocerte a ti mismo, más fácil te será identificar la emoción que sientes y actuar acorde.
  2. Acepta tus emociones. Una vez que has identificado la emoción que sientes, acéptala. No tiene sentido resistirte a aceptar que sientes rabia, o miedo, o inseguridad, ante alguna situación que enfrentas en tu emprendimiento. Acepta lo que sientes. Y luego, déjalo ir. Supéralo. No juzgues tus emociones.
  3. Usa tus emociones para mejorar tu situación o circunstancia. Una vez sabes lo que sientes, lo has identificado bien y has aceptado que lo sientes, decide qué comportamiento te ayudará a potenciar las emociones que son positivas para tu emprendimiento o cambiar las que son negativas, convirtiéndolas en trampolín para atraer otras nuevas.

Acepta y deja ir

Mientras más tardes en soltar las emociones que te frenan, más difícil te va a resultar avanzar. Deja ir las emociones que no trabajan a tu favor. Entiéndelas, agradéceles que se hayan presentado para ayudarte en tu camino diario, y déjalas ir.

Deja ir las emociones que no trabajan a tu favor. Entiéndelas, agradéceles que se hayan presentado para ayudarte en tu camino diario, y déjalas ir. Clic para tuitear

No te quedes enganchado en las cosas que te producen estrés, miedo, rabia o frustración. La tendencia a quedarte dándole vueltas siempre a las mismas emociones negativas se conoce como “rumiación” y además de hacerte sentir mal y causarte ansiedad, te impide actuar.

Ya viste que, a lo largo del día, cada día, te enfrentas a muchas emociones diferentes. Si te quedas enganchado en cada una de ellas, pasará el día sin que hayas hecho nada positivo y productivo para tu emprendimiento. Así que, acepta y deja ir.

Estrategias para manejar tus emociones

Aunque no puedes (ni quieres, te lo repito) evitar sentir las emociones variadas de cada día, si hay algunos hábitos que pueden ayudarte en el proceso de identificarlas y manejarlas:

  1. Minfulness o conciencia plena. Se refiere a la habilidad de estar de forma consciente en el momento presente. Implica vivir las experiencias sin distracciones. Aceptar las experiencias como vienen en momento presente, nos gusten o no, sin distraernos pensando en lo que pudo ser o lo que será. Practicar conciencia plena nos ayuda a identificar más rápidamente las emociones que nos invaden en cada momento.
  2. Meditación y relajación. El hábito regular de la meditación puede ayudarte a tener una mejor conexión entre tu cuerpo y tu mente, y te ayudará a evitar que sean tus emociones las que dominen lo que haces, ayudándote a que seas tú quien te hagas cargo y controles conscientemente tus conductas.
  3. Planificación. Una gran parte de las variaciones emocionales de los emprendedores, tienen que ver con la ansiedad que genera la incertidumbre. Mientras menos conoces acerca de lo que puede pasar, menos preparado estarás para enfrentarlo. Aunque nunca puedes eliminar el factor incertidumbre y no puedes evitar completamente que las emociones te lleguen por sorpresa, en la medida en que manejes mejores procedimientos de planificación y organización de tu tiempo, de tus tareas y de tus objetivos, tendrás mejores herramientas para enfrentar el vaivén emocional del día a día. Puedes leer un artículo anterior sobre cómo planificar adecuadamente en el siguiente enlace: ¿Tienes lista la lista del día?

La montaña rusa de las emociones del emprendedor puede ser excitante. Si manejas bien tus emociones puedes disfrutar no solo la llegada a destino, sino, principalmente, el viaje. Aprende a conocer y manejar tus emociones como emprendedor, para que puedas disfrutar cada día de tu aventura en este camino del emprendimiento.

Te sugiero que busques el libro al que te hago referencia y le des un vistazo. Puede serte de gran utilidad. Puedes adquirirlo en el siguiente link:

Igualmente, si no la has visto, te invito a que disfrutes la película de Disney “Inside Out”. De una forma genial y sencilla, adaptada a un lenguaje infantil, te muestra cómo las emociones interactúan para influenciar tu comportamiento. Estoy segura de que, aunque es una película infantil, podrás encontrar algún aprendizaje para el manejo emocional de tu emprendimiento.

Foto de Depositphotos

Referencias

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