Enamórate de tu emprendimiento, pero no te enamores de tus tácticas

No te enamores de tus tácticas

En varias oportunidades, te he comentado acerca de lo importante que es sentir pasión por tu emprendimiento y de cómo ese enamoramiento con lo que haces es un valor fundamental que te ayudará a mantener el entusiasmo y la llama vivos de manera constante. Así como te recomiendo que te enamores de tu emprendimiento, hoy te advierto que no te enamores de tus tácticas.


Tengo principios muy establecidos y consistentes, pero soy flexible en las tácticas

Madeleine Albright

Si prefieres, puedes escuchar el audio completo del artículo en el siguiente enlace:


En artículos pasados te recomendaba que No te cases con tu emprendimiento si no estás enamorado. Si queremos optimizar las probabilidades de que nuestro emprendimiento tenga éxito, es necesario que el mismo se apalanque en actividades que disfrutamos hacer y por las que sentimos pasión. La pasión es uno de los 9 valores del emprendedor exitoso, uno de los que llamamos valores internos de impulso, aquellos que te ayudan a iniciar y a mantener el entusiasmo. Cuando te enamoras de alguien y deseas pasar la vida con esa persona, es necesario que exista una pasión y atracción entre ambos. Esta pasión no se puede forzar. No puedes obligarte a amar a alguien, sencillamente ocurre. De la misma forma, no puedes obligarte a sentir atracción por un tema o por un negocio.

Pero, una vez descubres el emprendimiento que te apasiona, es muy importante que permanezcas apalancado en tu visión, en el futuro posible que visualizas para tu negocio. Es vital que creas en ello y que con fuerza orientes tus esfuerzos en esa dirección.

Enamórate de tu visión

La visión en los negocios guía a la empresa hacia un futuro deseado. Es la imagen ideal y ambiciosa que inspira a los empleados, motiva a los inversores y atrae a los clientes. La visión del emprendedor debe inspirar a los demás para que crean en su proyecto. Debe inspirar y motivar a sus colaboradores, clientes, suplidores. Mientras más personas logren entender, visualizar e internalizar su visión, más fácil será conducir el negocio hacia el puerto deseado. Puede interesarte un artículo anterior sobre cómo construir tu visión: Visión del emprendedor: la capacidad de verse en el futuro

Cuando estás enamorado de tu emprendimiento y de tu visión, puedes establecer metas a largo plazo y crear un sentido de dirección estratégica que permite a la empresa mantenerse enfocada en lo que realmente importa en medio de las distracciones y los desafíos cotidianos.

No te enamores de tus tácticas

Sin embargo, la realidad empresarial es dinámica y está en constante cambio. Los mercados evolucionan, la competencia cambia y las nuevas tecnologías pueden transformar industrias enteras en poco tiempo.

Por eso, así como te invito a que te enamores de tu emprendimiento, también te pido que no te enamores de tus tácticas.

Las tácticas son acciones específicas y concretas diseñadas para implementar la estrategia y alcanzar los objetivos a corto y mediano plazo. Se centran en cómo ejecutar los planes y estrategias generales de la empresa en el día a día. Las tácticas son más detalladas y prácticas que la estrategia, ya que se ocupan de los pasos específicos que se deben seguir para lograr resultados inmediatos o a corto plazo.

Digamos que tu visión te dice a dónde quieres llegar, tus estrategias te indican qué debes hacer para llegar allí, pero las tácticas te dicen cómo hacerlo.

Las tácticas te permiten adaptarte al cambio

Las tácticas suelen adaptarse y ajustarse con mayor frecuencia que la estrategia, ya que deben responder a cambios rápidos en el entorno empresarial. En este contexto, las tácticas empresariales deben ser flexibles y adaptables para poder responder de manera efectiva a estos cambios. Lo que funcionó en el pasado puede no ser necesariamente efectivo en el futuro.

Si te enamoras de tus tácticas corres el riesgo de sentirte tan cómodo en hacer las cosas de la misma forma, todo el tiempo, que te estancas y puedes llegar a perder de vista los objetivos estratégicos.

Por lo tanto, es crucial ajustar tus tácticas según las circunstancias cambiantes del entorno empresarial, para que puedas mantener la relevancia y la competitividad. Esto implica estar atento a las tendencias del mercado, comprender las necesidades y preferencias de los clientes, así como monitorear de cerca las acciones de la competencia. Cuando estás dispuesto a adaptarte y experimentar con nuevas ideas y enfoques, logras que tu empresa pueda mantenerse ágil y aprovechar nuevas oportunidades mientras reduces los riesgos potenciales.

La importancia de la flexibilidad

Tu emprendimiento, y tú mismo, requieren ser flexibles. El mundo es un entorno cambiante. Los mercados, las economías, las tecnologías cambian constantemente y cada vez con mayor velocidad. La flexibilidad, entonces, se convierte en un valor que favorece el éxito y garantiza la subsistencia.

Además, el ajuste táctico no implica necesariamente abandonar la visión original, sino más bien encontrar nuevas formas creativas de avanzar hacia ella. Es como navegar por un río: la visión es el destino final, pero las tácticas son los remos que se adaptan para sortear los obstáculos en el camino. Si te enamoras de tus tácticas, pierdes capacidad de ser flexible, de ensayar nuevas y más eficientes formas de hacer las cosas para adaptarte a los cambios.

Es la combinación de un enamoramiento profundo con tu emprendimiento y una visión clara, junto con tácticas ágiles lo que te va a permitir prosperar y alcanzar tu máximo potencial en un mundo empresarial cada vez más competitivo y dinámico. La respuesta a los cambios, gracias a la flexibilidad, genera EVOLUCION. Una organización flexible no se opone al cambio, evoluciona con el cambio, tiene la capacidad de adaptarse a los cambios. Veamos oportunidades antes que problemas en la posibilidad (o la necesidad) de cambio. Una empresa flexible crece más rápido.

Enamórate de tu emprendimiento pero no te enamores de tus tácticas

Por eso, en este mes de febrero, cuando estamos cerca del día del amor y la amistad, te invito a que te mantengas siempre muy enamorado de tu emprendimiento, pero no te enamores de tus tácticas. Enamórate de la esencia de tu emprendimiento: de su propósito, de su visión, de su potencial para impactar positivamente en el mundo. Deja que esta pasión te inspire a alcanzar nuevas alturas, a innovar y a buscar constantemente formas de mejorar. Pero al mismo tiempo, mantén la mente abierta y flexible en cuanto a las tácticas que empleas para hacer crecer tu emprendimiento. Reconoce que el mundo empresarial es dinámico y está en constante cambio, y que lo que funciona hoy puede no funcionar mañana. No te aferres obstinadamente a tus tácticas actuales solo porque te sientes cómodo con ellas o porque han funcionado en el pasado.

Enamórate de la esencia de lo que has creado, pero mantén una relación saludable y dinámica con las tácticas que utilizas para hacer realidad tu visión.

2 comentarios sobre “Enamórate de tu emprendimiento, pero no te enamores de tus tácticas

  1. Me encanta, mi querida amiga, lo he vivido full y que retador es este balance. El éxito en el emprendimiento requiere más que solo pasión; también demanda una mente abierta y la voluntad de ajustar las tácticas conforme evolucionan las circunstancias.
    Un abrazo!

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