El Síndrome del Impostor y cómo afecta al emprendedor micro y pequeño

Síndrome del Impostor afecta al emprendedor

Fue relativamente hace poco que escuché el término “Síndrome del Impostor” por primera vez. Y cuando comencé a leer y entender de qué se trataba me di cuenta de dos cosas: 1) Muchas veces he sufrido este síndrome y 2) El síndrome del impostor afecta en general a muchos emprendedores.


“No es lo que tú eres lo que te frena, es lo que tú crees que no eres”

Denis Waitley


Se define como Síndrome del Impostor, la percepción de que no estás a la altura de tus logros, que no eres lo suficientemente bueno, no mereces el éxito que has logrado y que el mismo ha sido obtenido por suerte o por la conveniencia de estar en el sitio y momentos adecuados, y no debido a tus capacidades o tu estudio, trabajo y esfuerzo.

En suma, representa el miedo de que en cualquier momento alguien pueda “desenmascarar” tu verdadero yo y demostrar que eres un fraude, un impostor.

El término fue sugerido en 1978, por dos psicólogas clínicas, Pauline Clance y Suzanne Imes, quienes presentaron un ensayo publicado en la revista científica Psychotherapy: Theory, Research & Practice (Psicoterapia: Teoría, Investigación y Práctica).

La Dra. Clance continuó luego con su investigación en el área y publicó un libro que puedes obtener en el siguiente enlace, si te interesa continuar profundizando en la lectura sobre el tema.

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El Síndrome del Impostor no está oficialmente reconocido como una enfermedad mental, pero afecta a muchísimas personas de forma temporal o permanente a lo largo de su vida profesional. En diversas fuentes que estudié para poder escribir este artículo, investigando sobre el tema, varias veces encontré la cifra que indica que un 70% de los emprendedores y profesionales sufre en algún momento de su vida de este síndrome. Realmente no me gusta comentar estadísticas si desconozco la fuente original, pero fue tan consistente a lo largo de todos los documentos, siempre 70%, que decidí compartirla contigo.

En todo caso, sea 70% o algo más o algo menos, creo que efectivamente es algo que ocurre con muchos emprendedores. Es muy probable que a medida que leas este artículo te des cuenta de que tú, también, sufres o has sufrido de este síndrome. Para mí, definitivamente, fue así. El conocer este tema me ha abierto los ojos y me ayudó a reflexionar sobre muchos momentos de mi vida como emprendedora y me motivó a conversarte acerca de cómo el Síndrome del Impostor afecta al emprendedor.

¿En qué se evidencia el Síndrome del Impostor?

Hay diversos comportamientos y reacciones que tal vez por si mismos nos parecen comunes e inofensivos, pero que bien analizados y si nos damos cuenta de que varios de ellos se presentan recurrentemente, pueden indicar que sufrimos en alguna medida este síndrome.

La mayoría de estos comportamientos y reacciones evidencian una brecha o gap entre las capacidades que efectivamente tienes (que se evidencian en tus logros y que son percibidas por otros) y las capacidades que tú te atribuyes y crees que tienes, siendo siempre estas últimas mucho más pequeñas.

Se evidencia en cosas como:

  1. Atribuyes tu éxito a las circunstancias y a la suerte.
  2. Te cuesta aceptar cumplidos y reconocimientos.
  3. Sientes que no mereces el éxito que logras.
  4. Tienes mucho miedo al fracaso.
  5. Sientes temor de que puedas ser expuesto por otro como un fraude.
  6. Te sientes menos que los demás, atribuyendo a otros más capacidades, aunque logren lo mismo que tú.
  7. Piensas que otros emprendedores logran mejores resultados que tú con su emprendimiento.
  8. Minimizas o subestimas tus logros. Les restas importancia (Dices que es fácil, que cualquier personal lo haría, que fue suerte).

No nos confundamos. Por supuesto, es posible que realmente existan muchas personas y emprendedores más capaces, y también negocios que tengan mejor desarrollo que el tuyo. No nos referimos a estos casos. Cuando hablamos del síndrome del impostor nos referimos al momento en que piensas que eres peor o menos capacitado, cuando la realidad de tus logros te dice lo contrario.

El Síndrome del Impostor tiende a ocurrir con mayor frecuencia en personas de alto rendimiento. Se esfuerzan más y tienen alta capacidad. El problema no es el rendimiento. El problema es la carencia de autopercepción del propio mérito en ese logro. No se trata de casos en los que el logro no se alcanza. Se trata de casos en los que sí se alcanza, pero no se reconoce como producto del propio esfuerzo y capacidad.

Cuando te enfrentas al Síndrome del Impostor quieres llegar a ser el mejor y trabajas duramente para ello, pero incluso cuando lo logras eso no altera tu percepción distorsionada de la realidad de tu propia capacidad.

¿Cómo te afecta el Síndrome del Impostor como emprendedor?

Para el emprendedor, el síndrome del impostor es particularmente problemático, ya que puede conducir al estancamiento o a desarrollar su emprendimiento por debajo de su potencial.

Para el emprendedor, el síndrome del impostor es particularmente problemático, ya que puede conducir al estancamiento o a desarrollar su emprendimiento por debajo de su potencial. Clic para tuitear

Cuando formas parte de una organización, el síndrome del impostor te afecta como profesional y afecta tu carrera, pero posiblemente no afecta en el largo plazo a la empresa como totalidad. Sin embargo, cuando eres emprendedor, y sobre todo si eres micro o pequeño, lo que te afecta a ti afecta directamente a tu negocio e influye en tus colaboradores. Por este motivo, aunque el Síndrome del Impostor debe ser controlado y manejado por cualquier profesional que lo identifique, es una amenaza mayor para quienes han tomado la opción de emprender por su cuenta.

A continuación, te listo algunas cosas que pueden ocurrir en tu emprendimiento a consecuencia del Síndrome del Impostor. Todas ellas atentan contra la maximización del potencial de éxito que tiene tu empresa y que podría llegar a alcanzar:

  1. Asumes menos riesgos y te vuelves menos ambicioso en tus objetivos por temor al fracaso. Bajas tus expectativas de resultados. Es decir, colocas una barrera muy bajita de lo que quieres alcanzar.
  2. Trabajas mucho más y más duro de lo que haría falta, como forma de contrarrestar la posibilidad de ser expuesto como fraude.
  3. Eres demasiado crítico contigo mismo y tiendes a ser perfeccionista, lo cual afecta la posibilidad de completar las metas.
  4. Inviertes tiempo y recursos excesivos en cursos, entrenamientos y capacitaciones, por temor a no tener el suficiente conocimiento, pero no aplicas estos nuevos conocimientos adquiridos de forma eficiente.
  5. Tienes altos niveles de estrés y ansiedad que te afectan en tu ejecución y en tu salud.
  6. Te vuelves muy sensible a las críticas de los demás, incluso las críticas constructivas, por temor a ser visto como un fracasado.

¿Cómo puedes manejar y controlar el Síndrome del Impostor?

Afortunadamente, el Síndrome del Impostor no es un rasgo de personalidad y no necesariamente es algo permanente. Puede ser modificado y superado.

 A continuación, te listo algunas cosas que pueden ayudarte a manejarlo. Sin embargo, ten en cuenta que en algunos casos, más graves o permanentes, podría requerir ayuda profesional mediante algunas sesiones con un psicoterapeuta calificado.

  1. Aceptar y reconocer que lo sufres. Reconoce la emoción y acéptala. Acepta que es posible controlarlo y cambiarlo. Sólo así puedes superarlo.
  2. Oblígate a aceptar halagos y reconocimientos. La próxima vez que te den un cumplido por tu buen trabajo, no lo minimices. Tan solo agradece con humildad y acepta tu logro.
  3. Evita el perfeccionismo y acepta que los errores y fracasos son parte de la vida. No te dejes hundir por los errores. Corrígelos y aprende de ellos para evitar repetirlos, pero no permitas que te frenen y te frustren.
  4. No te compares con otros. Cada uno tiene su propio camino. Tus logros son tuyos y particulares y si te acercan a la meta son meritorios.
  5. Lista y celebra tus logros. Acostúmbrate a revisar regularmente los objetivos que has alcanzado, felicítate y celebra cada vez que puedas.
  6. Identifica y reconoce el valor que te hace único, a ti y a tu emprendimiento, y que aporta valor a tus clientes y siente orgullo por eso. Comunícalo abiertamente.
  7. Asume más riesgos, controlados. Sube la barrera de lo que te exiges a ti mismo y a tu emprendimiento, y cada vez que logres la meta, celébrala y aspira entonces un poco más allá. No te desboques a buscar objetivos difíciles como oposición al conformismo. Asume riesgos, pero en un ambiente controlado y alcanzable.
  8. Habla con otros sobre el tema. En particular con otros emprendedores. Te sorprenderás de ver qué frecuente es esta situación y cuántos conocidos tuyos están pasando o han pasado por lo mismo.

Incrementa la confianza en ti mismo

El última instancia, el Síndrome del Impostor es una forma de manifestar inseguridad y baja autoconfianza.

Hace un par de semanas, te compartí un artículo sobre el rol de la autoconfianza en el éxito del emprendedor. En ese artículo, revisamos 10 estrategias que te pueden ayudar en ese sentido. Te invito a que lo leas o escuches, porque en la medida en que logres incrementar la confianza en ti mismo, estarás al mismo tiempo contrarrestando las condiciones que mantienen ese Síndrome del Impostor presente en tu pensamiento y tus acciones.

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