El miedo a la incomodidad paraliza el progreso de nuestro emprendimiento

miedo a la incomodidad paraliza el progreso de nuestro emprendimiento

Confort. Nuestro confort o comodidad es todo aquello que nos permite vivir a gusto y con descanso. Generalmente se relaciona con los entornos en los cuales tenemos control porque estamos en terreno conocido. Es un espacio que dominamos, que nos es familiar y no nos sorprende. Nos sentimos tan bien estando en comodidad, que el miedo a la incomodidad nos paraliza y, en consecuencia, paraliza el progreso de nuestro emprendimiento.


«Locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes»

Albert Einstein

Si prefieres, puedes escuchar el audio completo del artículo en el siguiente enlace:


Miedo a salir de la zona de confort

Las rutinas, lo que hacemos bien, aquello que conocemos y que manejamos bien, son cosas que nos traen confort. Requieren menos esfuerzo y entendemos las posibles consecuencias, que generalmente son satisfactorias.

Estar en confort es bueno, porque nos brida sensaciones agradables y mucha seguridad. Sin embargo, si vivimos siempre en esta zona, corremos el riesgo de no cambiar nunca, no crecer, no aprender, no experimentar cosas nuevas. Nos cerramos a nuevas oportunidades.

Como emprendedores, vivir siempre en nuestra zona de confort es negativo, porque estanca nuestros proyectos y nuestros negocios. Terminamos convirtiéndonos en emprendedores que realmente no parecemos tales, con rutinas diarias, con niveles de riesgo controlados. Contrario a lo que nos define como emprendedores.

Enfrentar lo desconocido, el cambio

Si queremos progresar con nuestros emprendimientos, es necesario salir de nuestra zona de confort. Es necesario superar el miedo a la incomodidad. Tenemos que reconocer que, si queremos obtener resultados diferentes, debemos dejar las rutinas y cambiar nuestra forma usual de hacer las cosas.

Salir de nuestra zona de confort implica enfrentarnos a cosas desconocidas, a peligros o consecuencias que prevemos pueden ser desagradables.

Los humanos estamos cableados para mantenernos en nuestra zona de confort y buscar seguridad, y la posibilidad de falta de control que nos pueda causar malestar nos asusta. Sentimos miedo de perder o arriesgar lo que con seguridad sabemos que tenemos.

El miedo se produce por la anticipación de un posible malestar, no por el malestar real. Nos lleva a buscar a toda costa evitar la posible incomodidad.

Del confort a la magia del cambio

Investigando para escribir este artículo, encontré varias referencias a un marco conceptual que explica qué ocurre alrededor de la zona de confort. Me pareció sumamente interesante y se los comparto.

La zona de confort es la zona donde sientes seguridad. Donde te cobijas en lo conocido.

Alrededor de la zona de confort, está la zona de aprendizaje. Cuando te aventuras a salir de tu pequeño núcleo de comodidad y buscas explorar nuevos rumbos y nuevas experiencias, estás entrando en esta zona de aprendizaje. Esta segunda zona te permite crecer y progresivamente ampliar la zona de confort a nuevos límites, más amplios. Es un terreno en el que nos damos la oportunidad de conocer cosas y experiencias nuevas. No conocemos las consecuencias, pero estamos dispuestos a ceder comodidad para aprender.

Más allá de la zona de aprendizaje está la zona en la que ocurre realmente el miedo a la incomodidad. Esta zona se conoce como zona de pánico. Es territorio desconocido que nos genera ansiedad porque tiene el potencial de crear incomodidad. En esta zona es que se tiende a generar parálisis, “no acción”. Sin embargo, esta zona tiene todo el potencial de convertirse en una zona mágica, de crecimiento. La zona de los grandes retos. Es la zona en la que los emprendedores nos deberíamos sentir con mayor libertad para explorar, desarrollar y crecer.

Cuando logramos cambiar la zona de pánico por la zona mágica, estamos superando nuestro miedo a la incomodidad y le damos la bienvenida a las nuevas experiencias y los riesgos que ellas conllevan.

Te comparto un video de unos años atrás, desarrollado por Inknowation, que explica este marco conceptual con una claridad maravillosa en apenas 7 minutos. Es un video sin desperdicio que te sugiero no dejes de ver.

Cómo superar el miedo a la incomodidad

El paso más difícil es tomar la decisión de hacerlo. Ese miedo a la incomodidad que paraliza el progreso de nuestro emprendimiento es realmente una anticipación a un malestar que realmente no ha ocurrido. Pensamos que hay una posibilidad de sentirnos incómodos, de que nos vaya mal o que sea molesto.

Sin embargo, muchas veces, las consecuencias incómodas que anticipamos no son tales, a veces no ocurren y otras veces, aunque ocurran no son tan desagradables como pensábamos en un comienzo.

De modo que lo primero que debes hacer es darle la cara al miedo. Afróntalo. Traga grueso y enfréntate a esa ansiedad que te causa el cambio. Una vez pases ese primer enfrentamiento, posiblemente todo será más fácil de lo que esperabas. Es la decisión que nos lleva a aceptar que nos pongan inyecciones, aunque nos de miedo el dolor, a lanzarnos al agua, aunque pensemos que estará muy fría, a llamar a esa persona que nos gusta e invitarla a salir, aunque tal vez nos diga que no.

En todos esos casos, si reflexionas sobre experiencias pasadas de tu día a día, seguramente encontrarás que la inyección no dolió tanto y si dolió fue por poco tiempo, que una vez que estabas en el agua y el cuerpo se adaptó a la temperatura realmente disfrutaste la experiencia y que en muchas ocasiones esa persona si aceptó tu invitación y que pudiste desarrollar relaciones enriquecedoras y duraderas.

Al igual que hemos comentado en relación con los otros miedos del emprendedor en artículos anteriores, un elemento fundamental para superar el miedo, cualquier miedo, es incrementar la confianza en ti mismo y tu autoestima. Cree en ti y en lo que eres capaz de hacer.  En la medida en que trabajes en tu autoconfianza, te resultará más fácil dar ese primer paso que hace falta para salir de la zona de confort.

Sin embargo, es importante que salgas de tu zona de confort adecuadamente preparado, para incrementar las probabilidades de alcanzar esa zona mágica. Busca en tu zona de confort los recursos que tienes. Todo aquello que dominas y que te ha ayudado a lograr lo que tienes. Y apaláncate en ese bagaje de conocimientos y herramientas para enfrentarte a las zonas de aprendizaje y de pánico.

No salgas de tu zona de confort a improvisar. Que no conozcas con certeza lo que hay más allá no significa que no puedes tener un plan. En la medida en que cuentes con un plan y una estrategia, que cuentes incluso con planes alternativos para enfrentar posibles fallas en el plan original, tendrás muchas más oportunidades de superar ese miedo a la incomodidad que paraliza el progreso de nuestro emprendimiento y comenzar a moverte en la zona mágica en las que el progreso y el éxito tienen posibilidad de desarrollarse.

Prueba hacer cosas con miedo

Comienza con cosas pequeñas, que impliquen incomodidades manejables y con baja posibilidad de tener consecuencias catastróficas, para progresivamente ir incrementando el radio de exploración en las zonas de aprendizaje y de pánico.

Oblígate a salir regularmente de tu zona de confort con cosas pequeñas y de poca transcendencia. Cosas tan simples como probar platos nuevos en tu restaurante favorito en lugar de pedir ese plato que siempre te encanta, cambiar de marca de productos, aunque sea para probar cosas nuevas, hacer cosas diferentes los fines de semana, cualquier cosa que a nivel personal implique un pequeño reto a tus rutinas y a tu comodidad.

Poco a poco, incrementa los niveles de riesgo y comienza a aplicar la misma técnica a temas que tienen que ver con tu vida profesional y tu emprendimiento. Progresivamente irás abriéndote a la posibilidad de asumir mayores riesgos sin miedo de sentirte incómodo por ello.



Referencias:

2 comentarios sobre “El miedo a la incomodidad paraliza el progreso de nuestro emprendimiento

  1. El miedo o resistencia a salir de la zona de confort es una de las razones que frenan emprendimiento pero que lo supera la dificulta de solicitar la ayuda necesaria, bien por desconocimiento o porque siempre pensamos que debemos hacerlo solos y es algo equivocado.
    Gracias por tu artículo.

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